Familia acogedora

Familia en la que se decide acoger, por un tiempo limitado, de forma solidaria y voluntaria en su hogar a niños/as o adolescentes que están en el sistema de protección, los cuales no pueden estar con su familia de origen motivos diversos. Dicha familia los/as acoge en su casa hasta que puedan retornar con la familia de origen o pasen a una medida más estable. El fin último es que se le ofrezca a los niños, niñas y adolescentes un entorno estable y lo más normalizado posible, evitando pasar por un acogimiento residencial. Puede ser acogimiento en familia ajena (una familia sin vínculos biológicos con el menor o la menor) o en familia extensa (Existen vínculos biológicos, pueden ser abuelos/as, tíos/as, etc.)

Las crisis en las familias acogedoras:

Familia acogedora extensa:

Expectativas previas o idealización del acogimiento que no se cumple.
Problemas de diferencia generacional si son acogidos/as por sus abuelas/os.
Conflictos con la administración.
Problemas educativos al no esperar o desear tener que volver a criar a un/a menor.
Carga excesiva en tiempo y esfuerzo de alguna de las personas acogedoras, sobre todo cuando son abuelos/as.
Dificultades en implementar pautas educativas y de crianza.
Conflictos con los progenitores cuya tutela ha sido retirada.
Los niños, niñas y adolescentes acogidos/as pueden no entender los motivos por los que no viven con sus progenitores como el resto de sus iguales.

Familia acogedora ajena:

Expectativas previas o idealización del acogimiento que no se cumple.
Conflicto de lealtades de los niños, niñas y adolescentes entre las personas acogedoras y su familia biológica.
Miedo a un nuevo abandono por parte de los niños, niñas y adolescentes acogidos/as que derive en conductas disruptivas para poner a prueba a la familia acogedora.
Conflictos o discrepancias con la administración

Parentalidad Positiva en las familias acogedoras:

Algunos criterios educativos a tener en cuenta en el modelo de familias acogedoras serían:

Hablar del acogimiento y de su familia de origen si surge la ocasión, con naturalidad y de forma adecuada a la edad, capacidades y a las preguntas realizadas por los y las menores.
Evitar reproches y prejuicios relativos a la familia de origen y respetar siempre la historia de vida del niño/a o adolescente acogido/a.
Formarse o pedir ayuda al equipo de referencia del acogimiento si es necesario.
Evitar la sobreprotección de los y las menores.
Conocer las dificultades que pueda tener un/a niño/a o adolescente acogido/a y adaptar las responsabilidades y exigencias a su edad y comprensión.
Tener paciencia y comprensión ante las situaciones de dificultad que puede estar viviendo el/ la menor ofreciendo una afectividad positiva y una estructura estable.
Mantener contacto y asociarse con familias que han vivido o estén viviendo una situación similar.
Si el niño, niña o adolescente adoptado/a es de otro país de origen, ayudarle a enfrentar las posibles situaciones de discriminación a las que se ve expuesto/a y fomentar la aceptación de la multiculturalidad y diversidad de las personas.