UNAF acudió el 30 de mayo como organización experta al Seminario ‘Building bridges to end FGM’ (Construir puentes para acabar con la mutilación genital femenina), celebrado en Bruselas y organizado por la Red Europea End FGM con el apoyo del Programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía de la Unión Europea, entre otras entidades.
El seminario versó sobre las sinergias y la cooperación entre actores de de los países de residencia de la Unión Europea y los países de origen con el fin de implementar acciones, políticas y marcos legales para acabar con la mutilación genital femenina abordando la naturaleza transnacional de esta práctica.
Entre las líneas estratégicas que se compartieron para combatir la mutilación genital femenina cabe destacar la necesidad de trabajar con mujeres jóvenes para lograr el cambio y que las generaciones futuras abandonen la práctica. Es también importante la sensibilización de los hombres jóvenes, con los que se debe trabajar la empatía e informarles de las consecuencias perjudiciales de la práctica sobre la salud para sacarles del desconocimiento y la falta de implicación. En definitiva, es imprescindible el trabajo conjunto con hombres y mujeres para que la comunidad abandone la práctica.
No obstante, hay que tener en cuenta que en algunos de los países de origen de la práctica es la primera vez que habla de las mujeres y de sus vidas, y de cuestiones como los órganos genitales que hasta ahora eran un tema tabú. Y de este modo, se está llegando a tratar la cuestión de la mutilación genital femenina.
En su experiencia en terreno, las entidades participantes coincidieron en que cuantas más acciones de sensibilización en igualdad se realizan dentro de las comunidades – abordando el acceso de las niñas a la educación, de las mujeres al trabajo, su independencia económica, contra la violencia de género – menor prevalencia de la mutilación genital femenina.
Otra de las líneas estratégicas compartidas fue el abordaje integral de la mutilación genital femenina, tanto en la prevención como en la atención a las mujeres que ya han sido mutiladas. Así, en la prevención es necesario abordar la educación sexual, afectiva y la violencia de género, mientras en la atención, deben ofrecerse recursos no solo sanitarios, sino también psicológicos y sexológicos a las mujeres.
Asimismo, se puso de manifiesto la importancia de implicar a los medios de comunicación para avanzar en la concienciación contra la práctica. Para ello, algunas entidades compartieron sus experiencias positivas en terreno, donde para involucrar a la prensa y la radio locales organizaban eventos en torno a temas generales como la cultura o la libertad, congregando a numerosos periodistas y logrando un mayor impacto en los medios.
Por su parte, la Red Europea End FGM ofreció algunas recomendaciones sobre el lenguaje más adecuado para hablar sobre la mutilación genital femenina, considerando que la terminología, las narrativas y el discurso son herramientas cruciales para transmitir mensajes que contribuyan a la sensibilización, el empoderamiento de mujeres, niñas y comunidades y su capacidad para denunciar la práctica, todos ellos elementos esenciales para eliminarla.
En primer lugar, destacó la importancia de utilizar una terminología de empoderamiento, que se refiera a las mujeres como ‘supervivientes’ y que no las revictimice porque genera pasividad e impotencia. En segundo lugar, son necesarias narrativas rigurosas, que no traten de invisibilizar el hecho del dolor, sufrimiento y vulneración de derechos que supone la mutilación genital femenina bajo jerarquías de tipos de mutilación o de la medicalización para una supuesta «seguridad» de la práctica. En tercer lugar, se aconseja emplear un lenguaje que no estigmatice, que no refuerce estereotipos negativos, que explique la complejidad de las motivaciones que sustentan la práctica y que sustituya el sentimiento de que esto le ocurre a otros por uno de unidad frente a una violación de derechos humanos que a todos nos concierne.