8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres
- Es necesaria una mayor corresponsabilidad entre hombres y mujeres en el trabajo doméstico y de cuidado, tan imprescindible como el trabajo remunerado para el bienestar de las familias y para el desarrollo económico y social.
- Las familias deben ser las primeras escuelas de igualdad donde niños y niñas aprendan que tienen los mismos derechos, libertades y oportunidades.
- UNAF exige políticas públicas que corrijan la desigualdad entre hombres y mujeres desde todos los ámbitos: educativo, económico, social y judicial.
Madrid, 7 marzo 2018. La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) se sumará a la huelga laboral, de cuidados y de consumo convocada a nivel mundial en el Día Internacional de las Mujeres para denunciar la desigualdad y para demostrar que sin las mujeres las familias también se paran, sea cual sea el modelo familiar o la cultura de la que provengan.
«Queremos hacer entender que sin el trabajo doméstico y de cuidado que desempeñan principalmente o de forma exclusiva las mujeres, las familias dejan de funcionar y con ellas la sociedad entera. Este debe ser un trabajo compartido porque el bienestar familiar es responsabilidad de todas y todos y tiene repercusión sobre el desarrollo económico y social», sostiene Ascensión Iglesias, presidenta de UNAF.
Además, esta falta de corresponsabilidad tiene consecuencias directas sobre la vida laboral de las mujeres debido a una menor disponibilidad para el empleo o a que son ellas las que asumen únicamente la conciliación con reducciones de jornada, excedencias o jornadas a tiempo parcial, «poniéndolas en una situación de desventaja respecto a los hombres ante cualquier oportunidad laboral», explica Iglesias.
Esto unido a la falta de valoración social de las mujeres y de su trabajo se traduce en todo tipo de discriminaciones en forma de brecha salarial, falta de oportunidades, techo de cristal, más dificultad de acceso al empleo, más precariedad y temporalidad, que dificultan o impiden su autonomía económica y que además tienen repercusión en el futuro sobre sus pensiones.
«La desigualdad en el ámbito laboral hace que la pobreza y la exclusión social tengan rostro de mujer. Esto es especialmente evidente en las familias monomarentales, encabezadas solo por una mujer y que representan el 10,7% de familias en España. La mitad de ellas vive con solo 600 euros al mes», afirma la presidenta de UNAF.
Además, las familias están expuestas a la manifestación más extrema de la desigualdad, que es la violencia de género. En España se producen 140.000 denuncias de violencia de género en el ámbito de la pareja cada año, y en los últimos 15 años, cerca de 1.000 mujeres han sido asesinadas en crímenes machistas, arrastrando también como víctimas a sus hijos e hijas, a quienes dejan huérfanos de madre o incluso son asesinados por los maltratadores.
Entre estas violencias que se dan en el ámbito familiar se encuentran además la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados. En España, se estima que 18.000 niñas podrían estar en riesgo de sufrir la mutilación genital femenina, mientras los matrimonios forzados son una realidad – de ahí su tipificación como delito – aunque no se cuente con estimaciones oficiales.
Ante estas discriminaciones, injusticias y violencias contra las mujeres, UNAF recuerda el papel que deben tener las familias como escuelas de igualdad. «Como primer agente de socialización, las familias tenemos una gran labor que hacer educando a nuestras hijas e hijos en igualdad, esta es la base para la transformación social«.
Pero además, UNAF exige al Estado políticas públicas que acaben con la desigualdad existente entre hombres y mujeres, ya que se trata de un fenómeno sistémico y estructural, con medidas que aseguren una educación igualitaria, que protejan a las mujeres de la violencia de género en todas sus formas, que impidan su discriminación en el trabajo o en cualquier ámbito de sus vidas y que garanticen una igualdad plena y efectiva propias de una sociedad justa y democrática.