15 de mayo – Día Internacional de las Familias
- La familia no siempre cumple su función protectora y en ocasiones se convierte en un espacio de violencia.
- Es necesaria una mayor implicación de los poderes públicos para la erradicación de la violencia y eso significa recursos adecuados para luchar contra ella.
- La violencia de género, filioparental, hacia la infancia, las personas mayores o con discapacidad son algunos tipos de violencia que se dan en el entorno familiar.
Con motivo del Día Internacional de las Familias, la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) reivindica la función protectora de la familia y aboga por la eliminación de todas las formas de violencia que se dan dentro de ella, como la violencia de género, a la infancia, las personas mayores o con discapacidad, o la violencia filioparental, entre otras.
“La familia es el primer agente de socialización. Si en ella se dan formas de violencia, los miembros que la forman aprenderán e interiorizarán estos comportamientos y los reproducirán. Por ello es fundamental erradicar la violencia en el seno familiar”, señala Teresa Blat, Presidenta de UNAF.
Uno de los tipos de violencia más comunes dentro de las familias es la violencia de género, “una manifestación extrema de la desigualdad y el control sobre las mujeres por parte de los hombres que ha supuesto el asesinato de 800 de ellas a manos de sus parejas o exparejas desde 2003”, explica.
En este tipo de violencia no se debe olvidar que los hijos e hijas son víctimas directas. “Nada menos que 71 menores han quedado huérfanos de madre en los dos últimos años, a los que hay que sumar todos aquellos que sufren las consecuencias de la violencia en el día a día debido a la no denuncia o a la falta de la protección adecuada, como en el caso de la concesión del régimen de visitas a padres maltratadotes”, señala Blat.
Pero además niños y niñas padecen otras formas de violencia dentro de las familias. De hecho, según la ONU, “es el entorno en el que más habitualmente la sufren”. El maltrato, el abandono o el abuso sexual – con unas cifras del 15,2% en niños y 22,7% en niñas según el Catedrático de Sexología Féliz López -, son algunas de estas formas de violencia.
Junto a ello, cabe destacar otros colectivos especialmente vulnerables a la violencia dentro de las familias, como las personas mayores y las personas con discapacidad. Ambos comparten su dependencia de otros familiares, su dificultad para identificar que están siendo víctimas de maltrato y su miedo a la denuncia, que traerá como consecuencia la ruptura familiar.
Por otra parte, la violencia filioparental es un fenómeno creciente, habiéndose multiplicado por cuatro las denuncias por esta causa en los últimos cinco años en nuestro país. “La vergüenza y el dolor que experimentan padres y madres al verse maltratados por sus propios hijos o hijas hace que eviten reconocer la violencia que sufren pero es importante actuar cuanto antes para poder atajar el problema sin tener que llegar a los juzgados”.
La violencia es, por tanto, una realidad para muchas familias, con unas consecuencias nefastas para la salud y el adecuado desarrollo de sus miembros, especialmente de los más jóvenes, llegando en ocasiones a la muerte.
“Por ello reclamamos la implicación de los poderes públicos mediante la dotación de recursos adecuados para la erradicación; las familias necesitamos apoyos no solo para la intervención contra la violencia sino también para su prevención. Una educación basada en valores de respeto e igualdad y una adecuada protección jurídica son fundamentales”.
Además, herramientas como la mediación, con las que aprender a gestionar el conflicto a través del diálogo, pueden ayudar en esa prevención de la violencia. Si implantáramos la enseñanza de la mediación desde las primeras etapas del sistema educativo lograríamos entornos familiares y una sociedad libres de violencia”, concluye la Presidenta de UNAF.