- Es importante que los alumnos y alumnas comprendan que el conflicto estará presente a lo largo de toda su vida y que aprendan a afrontarlo adecuadamente, defienden desde UNAF
- “Nuestras y nuestros jóvenes saben mucho de matemáticas pero no se les forma para gestionar estas situaciones”, señala Pedro Uruñuela
La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) celebró los pasados 1 y 2 de diciembre la Jornada ‘Mediación Educativa para Transformar la Convivencia’, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Especialistas en mediación, pedagogía y psicología dieron a conocer el recurso de la mediación en el ámbito educativo y promovieron su uso para “inspirar iniciativas que tengan un impacto en el bienestar social”, defendía Ascensión Iglesias, presidenta de UNAF.
“No nos han formado para abordar los conflictos. A nuestras y nuestros jóvenes se les enseña mucho sobre matemáticas, pero no se les forma para que aprendan a gestionar los problemas de una manera adecuada”, señalaba Pedro Uruñuela, profesor experto en convivencia en centros educativos y presidente de la Asociación Convives. «La perspectiva más frecuente hacia el conflicto es negativa porque tenemos gran resistencia a los cambios y no nos han formado para abordarlo. Por este motivo, la mediación es tan importante. No solo nos ayuda a llegar acuerdos para mejorar relaciones, sino que es una cultura, un estilo de vida, un conjunto de valores y actitudes que promueven el pensamiento crítico y las habilidades sociales”.
En este sentido, Sandra Cabrera, mediadora familiar y técnica del programa ‘Sensibilización a la mediación y resolución de conflictos en centros escolares’ de UNAF, defendía la importancia de la buena relación familia-escuela. “Tanto las familias como las escuelas deben ser conscientes de que tienen en común algo muy importante: la educación de sus hijos e hijas”. La colaboración entre ambas aumenta la motivación de nuestras y nuestros jóvenes, así como su participación y la aceptación de los objetivos propuestos. En ocasiones, existe, sin embargo, un exceso de permisividad o de control por parte de los progenitores. “Gracias al programa gratuito de resolución de conflictos en el centro escolar de UNAF, dirigido a todos los centros educativos de la Comunidad de Madrid, los alumnos y alumnas comprenden que los problemas estarán presentes a lo largo de toda su vida y aprenden las claves para afrontarlos adecuadamente a través de los valores de la mediación”.
Gregorio Gullón, técnico del Servicio de Mediación entre Padres/Madres e Hijas/os Adolescentes de UNAF, coincidía en la necesidad de cooperación entre escuela y familia, ya que «mejora el rendimiento académico, el ajuste escolar, el desarrollo de habilidades sociales y el comportamiento en casa y en el colegio». Y se refirió especialmente a la etapa de la adolescencia, que «supone un desafío individual, familiar y social que exige adaptación y aprendizaje». Por ello, recomendaba: “Tanto madres como padres deben asistir a las tutorías. Ambos tienen que ser partícipes de la transformación a la que se enfrentan sus hijos e hijas y de los conflictos en los que se ven inmersos, así como en su resolución, durante esta etapa tan delicada de sus vidas”, reclamaba el mediador.
Por su parte, Mª Luz Sánchez García-Arista, doctora en Psicología, pedagoga y mediadora, explicaba que los conflictos «son oportunidades de dar respuesta mejorando el resultado» y proponía la «mediación educativa contextualizada«, insertada en el currículo y en la cultura del centro con otros programas de educación emocional, gestión de conflictos, comunicación eficaz y en el plan de convivencia. Y aseguraba: «El aprendizaje vivencial que da la mediación educativa de que ‘hablando se entiende la gente’ se lo llevan las alumnas y alumnos fuera de la escuela y acaban aplicándolo a otros entornos de su vida”.
Así lo llevan haciendo desde 1998 el IES Juan de Herrera (San Lorenzo del Escorial) y el IES Pradolongo (Madrid). Algunos de sus docentes y alumnas y alumnos mediadores participaron en mesas de experiencias donde intercambiaron impresiones sobre la mediación en las aulas. «Al hacer mediación, juntas a dos personas que necesitan hablarse, para darse cuenta de qué siente la otra persona y ponerse en su lugar«, explicaba Alba, alumna del IES Juan de Herrera, mientras Eduardo Timón, profesor del centro, constataba: “Los y las estudiantes intervienen directamente en la gestión de la convivencia».
Por su parte, Ángel, alumno del IES Pradolongo, explicaba el proceso: “Cuando mediamos entre dos o más personas, exponemos las reglas del juego (no interrumpir, no insultar…) y les pedimos que expliquen su punto de vista sobre cuál ha sido el problema». Su profesora, María Hernández, añadía: «Nos llegan conflictos heredados del colegio, del parque, de Instagram… Lo bueno de la mediación es que no hay vencedores ni vencidos, se sale de ella seguros y como iguales«. Otros centros que ya han introducido la mediación son el IES Arturo Soria y el CEIP Navas de Tolosa, que también compartieron su experiencia.
“Estos centros son el claro ejemplo de que promover la mediación educativa no solo ayuda a niñas, niños y jóvenes a adquirir las herramientas necesarias para afrontar los conflictos, sino que les enseña una nueva manera de relacionarse y de convivir. Y es que con la mediación estamos transformando la sociedad”, concluía Ana María Pérez del Campo, fundadora e impulsora del servicio de mediación familiar de UNAF.