La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) ha defendido hoy el enfoque intercultural y un modelo de atención integral a las madres supervivientes de mutilación genital femenina durante la Jornada ‘Madres entre dos culturas’, en la que ha colaborado con la entidad organizadora, la Asociación Salud y Familia, y con la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS).
Amaia Echevarría, directora de UNAF, ha reivindicado el enfoque de diversidad y el diálogo intercultural a la hora de apoyar a las familias y abordar retos como la maternidad entre dos culturas, para lo que reivindicó el papel de la mediación intercultural, su profesionalización y su apoyo por parte de las instituciones.
Mientras, Mª Ángeles Rodríguez, del Área Culturas, Género y Sexualidades de UNAF, ha reclamado un modelo de atención integral a las supervivientes de mutilación genital femenina que trabaje desde la salud sexual, los derechos sexuales y reproductivos y la educación sexual, con enfoque de género, y que integre la salud mental y el bienestar psico-sexual. «La mutilación genital femenina es un trauma que sucede en el cuerpo pero va mucho más allá. Se produce en la infancia, en la comunidad, es una violencia que sorprende en la cotidianidad e impacta en la globalidad de la persona, también en la maternidad«, ha explicado.
En este sentido, ha señalado los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres supervivientes de mutilación genital femenina a la hora de afrontar su maternidad: dificultad o imposibilidad de decidir cuándo, cómo y con quién ser madre; de defender a sus hijas frente a esta violencia de género o el cuestionamiento de sus capacidades por juicios de valor.
Además, Mª Ángeles Rodríguez ha recordado que «se van vulnerando derechos según se van sumando violencias«, y ha compartido la situación de muchas mujeres migrantes que vienen por reagrupación familiar y dependen absolutamente de su marido. “Puede haber matrimonio forzado u otras violencias de género. Se les despoja de cualquier derecho a la autonomía”.
Por su parte, Elvira Méndez, presentó el Programa ‘Madres entre dos culturas’, que “funciona con reglas de confidencialidad y respeto, y abstención de juicios y valoraciones para facilitar un encuadre intercultural y para que crezca la confianza de las madres hacia ellas mismas y hacia el grupo”. Un programa que incluye grupos de apoyo y multiculturales donde la mediación intercultural es clave: «La mediadora intercultural es quien convoca, quien gestiona los casos y las dinámicas posteriores que se generan«.
En la mesa de experiencias, Milagros Magán, Responsable de Empleo de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS), habló de la importancia de promover oportunidades de empleo entre madres migrantes monomarentales y compartió el trabajo que la entidad está realizando para apoyarlas como el aula de empleo o itinerarios personalizados.
Zinnia Quirós, responsable del Programa Domestico de Oxfam Madrid, alertó del aumento del racismo y la xenofobia, también desde las instituciones, y reivindicó la conexión de todas las luchas sociales: feminista, antirracista, por un empleo digno… «Estamos en un momento muy potente de generación de redes de apoyo mutuo. Y tenemos mucho que aprender de colectivos de personas racializadas. Debemos ceder el espacio y el protagonismo a quienes son el sujeto político del cambio«.
Por último, intervino Amalia Caballero, madre monomarental y migrante: «Para mí lo esencial era que mi hijo estuviera bien atendido». Por eso al migrar a España lo dejó a cargo de su hermana en Ecuador. «Calculaba la hora para llamar y no interrumpir sus horas de sueño, le acompañaba a través del móvil para que se vistiera y fuera al colegio». Y recordó cómo salió adelante gracias a las cadenas globales de cuidado: «Mis primeros años no fueron nada fáciles, necesité apoyo para superar este dolor que nos ocasiona la migración. Mientras yo estaba cuidando aquí, había otra mujer cuidando de mi hijo allá”.
