Los roles de género hacen referencia a las normas sociales y funciones que se asignan a las personas en función de su sexo en un sistema o grupo social. Así, mientras al hombre se le ha venido asignando la función de procurar el sustento económico, a la mujer se le ha atribuido la responsabilidad del cuidado de los hijos e hijas y el trabajo doméstico.
Estos roles de género, que se han reproducido históricamente en la familia tradicional y que impiden el desarrollo de las personas en condiciones de igualdad, persisten en la familia reconstituida y dificultan su funcionamiento.
Es frecuente que si la nueva pareja es mujer se espere que sea la proveedora afectiva y responsable de las tareas domésticas aunque los y las menores no sean hijos o hijas suyos. Y que si la nueva pareja es un hombre se espere que sea el proveedor económico y el sujeto normativo que ponga orden.
Estas expectativas son erróneas, ya que son el padre y la madre quienes deben hacerse cargo de sus hijos e hijas de forma equitativa y en todos los sentidos: afectivo, normativo, económico, educativo…
Gregorio Gullón, responsable del Servicio de Orientación a Familias Reconstituidas de UNAF, lo explica en el siguiente vídeo.