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UNAF propone un abordaje integral de la mutilación genital femenina que parta de las demandas reales de las mujeres supervivientes

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Entre los actos programados por el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, UNAF reunió el 7 de febrero a entidades, profesionales y activistas en la XIII Jornada Internacional contra la Mutilación Genital Femenina para proponer un abordaje integral de la mutilación genital femenina que parta de las demandas reales de las mujeres supervivientes.

Bajo el título “La violencia como ritual. Acciones globales frente a las violencias estructurales” y con una asistencia aproximada de 250 personas, la jornada sirvió para identificar los desafíos que plantea el abordaje integral de esta forma de violencia de género e impulsar políticas y medidas para avanzar en el cumplimiento de los derechos de las mujeres y las niñas.

Durante la inauguración, Amaia Echevarría, directora de UNAF, reivindicó la necesidad de abordar y proponer respuestas sociales y políticas adaptadas a las necesidades reales de las mujeres afectadas. “Partir de estas demandas es imprescindible para continuar avanzando en la transformación social necesaria para la prevención y el abandono de la mutilación genital femenina”, señaló.

Activistas y mediadoras interculturales analizaron el impacto de las políticas públicas en las vidas y los cuerpos de las mujeres y reflexionaron sobre los principales retos a los que se enfrentan como referentes comunitarias en su trabajo con mujeres y niñas supervivientes de mutilación genital femenina. María José Bielo Bita, de la asociación Save a Girl, Save a Generation, incidió en la importancia de que las mujeres puedan acceder a información: “Desde nuestra entidad estamos realizando talleres de educación sexual, estatus migratorio y derechos. Ellas desconocen tener derechos, que no dependen de sus maridos, pero ¿cómo lo vas a creer si estás en un sitio en el que no se te escucha, si se te infantiliza, si no entienden tu idioma?”.

Fatoumata Diaraye Diallo, presidenta de la Asociación Mujeres de Guinea Conakry de Madrid, hizo hincapié en la necesidad de fomentar la autonomía de las mujeres: Les falta mucha información, muchas veces llegan por reagrupación familiar y no conocen el idioma. Necesitan una salida pero no lo tienen fácil porque no pueden acceder a recursos para la conciliación. Nosotras estamos ofreciendo talleres, ocio, clases de castellano para que las mujeres puedan salir de casa, se relacionen y se diviertan”.

Por su parte, Koumba Sylla, mediadora intercultural del Área Culturas, Géneros y Sexualidades de UNAF, visibilizó las violencias que sufren las mujeres supervivientes, como la violencia económica, que les impide gestionar el dinero, decidir sobre su formación o sobre la búsqueda de empleo: “Ellas no pueden decidir sobre su dinero, ya que el marido les dice que es él quien trabaja. Pero en realidad es un dinero familiar, ya que las mujeres se quedan en casa para que ellos puedan trabajar”.

Tras este planteamiento de necesidades, expertas nacionales e internacionales analizaron la respuesta de los marcos normativos a las mismas. Françoise Kempf, de la División de Violencia contra la Mujer, Secretaría del Convenio de Estambul del Consejo de Europa, evidenció que en ocasiones no se cumple lo establecido en esta normativa en relación con la protección de las supervivientes: “Los estados firmantes están obligados a ofrecer servicios sociales y de salud así como servicios especializados y que estén coordinados. Pero a menudo no lo están y no responden a las necesidades de las mujeres”.

Por su parte, Samara de las Heras Aguilera, Doctora en Derecho Internacional y experta en derechos de las mujeres y violencias machistas, analizó cómo la nueva normativa europea sobre violencia de género aborda la mutilación genital femenina. La principal novedad es que esta nueva directiva, sobre la que aún queda pendiente el acuerdo, lo considera un delito y exige a los estados que se regule en el ámbito penal, con un enfoque de género, lo que puede implicar cambios en el código penal español.

Sarahi Boleko, representante de la Red Estatal Libres MGF y técnica en UNAF, expuso las reivindicaciones de esta red, entre ellas, “la necesidad de la formación especializada a profesionales, el desarrollo de la atención integral a las supervivientes y garantías en el proceso de certificación, la evaluación del protocolo sanitario y el impulso de un protocolo estatal multi e interinstitucional desde las violencias de género interseccional”.

Finalmente se pusieron sobre la mesa los retos para innovar en la atención y transformar esta realidad. María Ángeles Rodríguez, coordinadora del Área Culturas, Géneros y Sexualidad de UNAF, señaló que la intervención integral con las niñas y jóvenes supervivientes de mutilación genital femenina está actualmente desatendida y reclamó “la necesidad de implicar recursos y profesionales, y desarrollar estrategias de atención desde la educación sexual, el apoyo a las familias con un enfoque intergeneracional y la coordinación interdisciplinar”.

Elie Mushengezi, coordinador del área socio-jurídica de la Fundación Merced Migraciones, resaltó “la importancia de fortalecer buenas prácticas basadas en los principios de no devolución, de no revictimización así como en el trabajo en red” cuando se acompaña a mujeres supervivientes de MGF en situación de asilo o refugio. Y para cerrar esta tercera mesa, Ignacio López Martín e Inma Martínez Cerrillo, fundadores de InSEx Iniciativa Sexológica y Acción Social, se refirieron a “la educación sexual como clave en la erradicación de las violencias de género, no solo en la educación formal y no formal, sino también en la informal, poniendo en el centro a la persona, el vínculo, el acompañamiento y las oportunidades pedagógicas”.


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Comunicación UNAF

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