La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) se suma a la celebración del 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, reivindicando las políticas de igualdad como base para el desarrollo social y el bienestar familiar, y exige un respaldo firme de todas las instituciones a los consensos internacionales y nacionales alcanzados en este ámbito.
“La discriminación de las mujeres y la violencia de género son una barrera para el desarrollo social porque limitan el potencial, cuando no menoscaban la salud o siegan la vida de la mitad de la población. El mundo no puede avanzar ni ser sostenible si no es con las mujeres en ejercicio pleno de sus derechos fundamentales”, asegura Ascensión Iglesias, presidenta de UNAF.
UNAF recuerda que lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas. “La necesidad de luchar contra la desigualdad por motivos de género no es una cuestión discutible, ya que ha sido ampliamente consensuada y reconocida por todas las instancias internacionales. Lo que hay que hacer es dedicar todos los esfuerzos y trabajar de manera urgente para eliminar las barreras y discriminaciones que siguen impidiendo a las mujeres y las niñas vivir en paz y con las mismas garantías y derechos”.
De manera prioritaria, UNAF exige políticas y recursos contra la violencia de género, que afecta gravemente a las familias. Un total de 1.047 mujeres han sido asesinadas en crímenes machistas en España desde 2003. Pero además 35 niños y niñas han sido asesinados y 286 han quedado huérfanos desde 2013, año en que se comienza a contabilizar a menores como víctimas de este tipo de violencia. A ello se suman otras formas de violencia de género que se producen en el entorno familiar como los matrimonios forzados o la mutilación genital femenina, de la que se estima que 18.000 niñas podrían estar en riesgo en nuestro país.
Además, UNAF demanda medidas que garanticen la igualdad en el empleo y la corresponsabilidad en el cuidado entre hombres y mujeres. «Las mujeres son quienes siguen encargándose principalmente de las tareas domésticas y de cuidado, lo que tiene consecuencias directas en sus oportunidades laborales, en forma de desempleo, brecha salarial, precariedad, reducciones de jornada y pensiones más bajas, lo que implica más pobreza, dependencia y exclusión social”.
Asimismo, solicita la corresponsabilidad institucional, de las empresas y de la sociedad en su conjunto. “Debemos otorgar a los cuidados el valor social que realmente tienen y repartirlos equitativamente de forma que se garantice el bienestar de las personas a cuidar y de quienes cuidan, al fin y al cabo, el bienestar de las familias. Y prestar especial atención a las familias más vulnerables o que más dificultades tienen para la conciliación de la vida familiar, laboral y personal, como son las familias monoparentales, encabezadas mayoritariamente por mujeres”, señala Iglesias.