Yo soy Sarah.
Desde pequeña juego al vóley y ahora lo práctico de forma profesional. Lo empecé a jugar por obligación de mi padre y mi madre, de pequeña era muy tímida y me era difícil entablar amistades, así que decidieron apuntarme a un deporte de equipo para ver si poco a poco, podía soltarme. Al principio recuerdo que me fue muy complicado, pero con el tiempo fui cogiendo confianza, empecé a disfrutar mucho del juego y sobre todo de mis compañeras de equipo. Se convirtió en mi pasión. Hoy en día somos pocas las que nos seguimos dedicando al vóley, pero todos los años organizamos alguna pachanga para encontrarnos todas de nuevo.