Las familias reconstituidas tienen que afrontar numerosos cambios en un periodo de tiempo relativamente corto, en comparación con una familia nuclear o tradicional. Por eso decimos que son «familias en transición».
Por ejemplo, un menor que vive con sus progenitores y que atraviese un proceso de separación, pasará a convivir en un hogar con uno de los dos progenitores o en los dos hogares. Uno de sus progenitores puede volver a tener pareja, que quizás incluso tenga sus propios hijos e hijas, de tal forma que el menor deba convivir con estas nuevas figuras.
¿Qué cambios significativos implica este proceso de reconstitución para los hijos e hijas? ¿Cómo abordarlos? Aquí os dejamos un vídeo con algunos consejos prácticos de nuestro experto Gregorio Gullón.