Seamos realistas: comunicarse con una expareja… a menudo es más fácil decirlo que hacerlo. Sentimientos como el enojo o la frustración pueden crear dificultad para poder decir lo que realmente queremos o necesitamos decir. Aunque puede haber terminado tu relación, comunicarse con una ex pareja es necesario cuando existen hijos e hijas en común.
La comunicación efectiva depende, en gran manera, del lenguaje y de la forma en que transmitimos el mensaje, es decir, de la comunicación no verbal (tono de voz, posición corporal, etc.). A veces, el mensaje puede ser malinterpretado y quien escucha puede darle un significado diferente. Evita el lenguaje que no tiene otra función más que herir a la otra persona.
La clave está en usar “Yo” en lugar de “Tú” y mantenerse siempre centrado en el problema que queremos tratar; sin acusar ni culpar a la otra persona, se trata de favorecer la escucha del receptor o receptora del mensaje y evitar la escalada del conflicto.
Los mensajes con “tú” son enunciados, juicios, conjeturas, evaluaciones, alusiones y expresiones similares relativas a otras personas y cosas. Por regla general, los mensajes con “tú” provocan sentimientos de daño, hacen que la otra persona se coloque a la defensiva y se ponga en modo ataque.
Los mensajes con “yo” o mensajes en primera persona sirven para mejorar la calidad de la comunicación. Con este tipo de mensajes se pueden expresar las propias opiniones, gustos o sentimientos siendo respetuoso con los de la otra parte.
Para usar de forma adecuada los mensajes en primera persona, se sigue un esquema sencillo:
– Escucha a la otra persona.
– Describe la conducta de la otra persona de forma objetiva. Recuerda que tienes que hablar de hechos y no de juicios subjetivos, y sé lo más específico/a posible («cuando…», «el otro día…»).
– Explica cómo te hace sentir ese comportamiento. Habla desde ti y de tus sentimientos, e intenta mantenerte lo más calmado/a posible. Expresa cómo te sientes o cómo te sentiste («me sentí…»).
– Explica concretamente los cambios que quieres o deseas que se produzcan en el comportamiento de la otra persona. De esta forma le ofreces una alternativa, y le das la oportunidad de que responda de forma proactiva. Pide cambios, pero no des órdenes («me gustaría que…», «te agradecería que…»).
– Si el otro cambia, agradéceselo.
Vamos a imaginar una situación concreta: después de que tus hijos o hijas hayan pasado un tiempo con tu expareja, suele llegar tarde cuando quedáis para que los niños/as vuelvan contigo, y a ti ese comportamiento te molesta. Tienes varias posibilidades para manejar esta situación, entre ellas:
– No le dices nada cuando llega; te preocupa que se enfade si le dices que es un/a impuntual; haces ver como que no pasa nada, pero no puedes quitarte la sensación de malestar, además no has solucionado el problema; probablemente la próxima vez vuelva a llegar tarde.
– Expresas tu malestar con un mensaje “Tú”: «Siempre llegas tarde, llevo X tiempo esperándote, a ver qué excusa pones hoy». Con este mensaje lo único que vas a conseguir es descargarte emocionalmente (vale, te vas a quedar a gusto) pero el problema seguirá existiendo y muy probablemente, iniciaréis una nueva discusión que empezará con la hora de llegada y acabará con vete a saber qué.
– Expresar tu malestar con un mensaje en primera persona: «Llevo esperándote X tiempo; a mi esta situación me produce nerviosismo y me genera malestar; me hace sentir que no me valoras ni respetas mi tiempo; me gustaría que cuando quedemos, intentes llegar puntual o si ves que te vas a retrasar me avises para que yo pueda organizarme». Con este tipo de mensaje, le explicas a tu expareja cómo te hace sentir una conducta suya, no le acusas ni le reprochas, le manifiestas tu malestar; con ello es probable que logre empatizar contigo y sea más consciente de las consecuencias de su conducta; además le ofreces dos posibles soluciones al problema. Sin duda, estarás más cerca de conseguir tu objetivo; pero sobretodo habrás conseguido expresar lo que sientes, de una forma adecuada y con toda seguridad ese incidente no te estropeará el tiempo que vas a compartir con tus hijos e hijas.
Como puedes comprobar los mensajes “Tú” y los mensajes “Yo” son dos formas muy distintas de expresar lo mismo, pero teniendo resultados diferentes. Usar mensajes en primera persona cuesta poco y te puede ayudar mucho en las relaciones con los y las demás. Ten en cuenta que el cambio no siempre se traducirá en que tu expareja haga lo que desees pero lo que sí es seguro es que te ayudará a que la comunicación sea más fluida.
Manahem Moya, mediador familiar de UNAF