Los intercambios son momentos muy delicados, ya que conllevan para hijos e hijas una intensa carga emocional. Son momentos en los que tienen que enfrentarse, por un lado, a la despedida de su padre o de su madre y, por otro, a la ilusión que les produce el reencuentro con su otro progenitor.
Asimismo, también pueden ser situaciones conflictivas para los padres y las madres.
Por eso, os hemos preparado una serie de consejos para ayudaros en cada uno de los momentos clave:
1) Preparando la salida:
♦ Establece y mantén una rutina en los momentos anteriores a que tu hijo o hija salga hacia el otro hogar, leer un libro, jugar con él/ella, etc.
♦ Implanta y oblígate a mantener un ritual de despedidaque siempre sea igual y no esté sujeto a las posibles alteraciones emocionales que en muchas ocasiones dominan esos momentos, como, por ejemplo, beso de despedida o abrazo y al salir. Trasmite un mensaje similar a “te quiero mucho y nos vemos de nuevo pronto”.
♦ Permítele que en la maleta lleve algún objeto personal de su agrado, por ejemplo, un animal de peluche, un muñeco, su juego favorito, etc.
2) Durante el intercambio:
♦ Ten al niño o niña preparado/a con tiempo. Sé puntual siempre si estás recogiéndole o dejándole.
♦ Sé educado/a y respetuoso/a con el otro progenitor. Evita discusiones o información irrelevante en los momentos de intercambio.
♦ Si el/la menor está siendo tratado/a médicamente, asegúrate de entregar instrucciones adecuadas para la administración de su medicación.
♦ Considera la posibilidad de acordar un sitio neutral para realizar los intercambios si tenéis dificultades para no discutir en presencia del/ de la menor, tales como guardería, escuela, etc.
♦ Si es posible, es conveniente acordar la recogida y/o entrega de los y las menores en su centro escolar, ya que ello evita que se tengan que someter a la ambivalencia emocional de la que hemos hablado al principio y nos sirve para prevenir discusiones parentales en su presencia.
3) Preparando el regreso:
♦ No te sorprendas si el/la niño/a se comporta mal o adopta una actitud retraída cuando llega a casa.
♦ Admite que tu hijo o hija puede necesitar algún tiempo de soledad al regresar a casa. Permítele pasar un tiempo de tranquilidad, si ese es su deseo.
♦ Reconoce y respeta que a lo mejor no desee hablar acerca del tiempo que pasó con su otro progenitor. No le fuerces a hablar de ello ni le sometas a interrogatorios que únicamente bloquearán vuestra comunicación. Sé paciente y espera a que te cuente lo que desee contarte.