En ocasiones en las familias reconstituidas sucede que la nueva pareja del padre o de la madre también tiene hijos o hijas de una relación anterior. En este caso, entran a formar parte de la familia hermanastros o hermanastras con los que se puede convivir o no.
Además, es bastante frecuente que los progenitores tengan descendencia con su nueva pareja. Cada vez son más los niños y las niñas que tienen hermanos o hermanas de diferente padre o madre, es decir, medio hermanos y medio hermanas.
La construcción de las relaciones de fraternidad encierra mayor complejidad que en la familia tradicional, en la que la consanguinidad se une a la convivencia.
En las constelaciones familiares propias de las familias reconstituidas, niños y niñas pueden vivir con hermanastros o hermanastras y no con hermanos o hermanas, a los que les unen lazos biológicos.
Es bastante frecuente, además, que la posición que se ocupa dentro del grupo de hermanas y hermanos varíe en función del hogar en el que se está, de tal forma que se puede ser el hermano o la hermana mayor en un hogar y ocupar una posición diferente en el otro. Esta situación requiere una mayor intervención de las personas adultas de la familia para favorecer las relaciones fraternales.
Quizás te ayude a tenerlo más claro este pequeño glosario que define algunas de las figuras más habituales en las familias reconstituidas:
Fuente: «Guía de Familias Reconstituidas», editada por UNAF