La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) participó en el acto «La transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad de oportunidades en España», organizada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, para aportar algunas claves e identificar los retos actuales.
En su intervención, Amaia Echevarría, directora de UNAF, señaló que apoyar a la infancia supone apoyar a las familias y que ese apoyo debe tener una perspectiva intergeneracional, de género y de diversidad, teniendo en cuenta los factores de vulnerabilidad de las diversas tipologías familiares. Además, debe realizarse desde un enfoque sistémico que apoye a las niñas, niños, adolescentes y sus familias, proporcionando herramientas a los progenitores y medidas de apoyo a la crianza, la conciliación con entornos laborales favorables a la familia, apoyo a la salud física y mental de todo el entorno familiar.
Además, Amaia Echevarría enumeró cuatro ámbitos sobre los que incidir para evitar la transmisión intergeneracional de la pobreza. El primero de ellos es la educación, donde es necesario afrontar las debilidades del sistema educativo como la creación de guetos, invirtiendo en una educación pública de calidad y apostando por la universalidad y accesibilidad a la educación de 0 a 3 años, «ya que está demostrado que beneficia sobre todo a los niños y niñas de entornos más vulnerables». Asimismo, propuso la formación de las y los profesionales para trabajar con personas de estos entornos más desfavorecidos y fomentar la cohesión social, y el apoyo en la educación a los progenitores a través del acceso a herramientas y formación para fomentar una parentalidad positiva.
Otro ámbito clave para evitar la transmisión intergeneracional de la pobreza es proporcionar a las familias un entorno de seguridad y protección, para lo que es necesario garantizar el acceso a una vivienda digna, a servicios básicos y a espacios públicos que promuevan bienestar, juego libre, participación y sentido de comunidad.
El tercer ámbito en el que trabajar es la brecha digital, dado que la falta de conectividad a Internet limita el acceso a recursos a las familias y a sus hijos e hijas, les impide participar en la economía moderna y les aísla socialmente. Y por último, como cuarto reto frente a la transmisión intergeneracional de la pobreza, se encuentra el apoyo a las familias mediante recursos económicos, especialmente a las más vulnerables, a través de medidas como el ingreso mínimo vital (mejorando y ampliando el acceso) o la prestación reembolsable para familias con hijo e hija a cargo, que debe ser universal. «En este sentido, es necesario apoyar a las personas migrantes para que puedan acceder a los recursos con servicios como la mediación intercultural, para que puedan hacer efectivos sus derechos».
Finalmente, la directora de UNAF recordó diferentes factores de vulnerabilidad que las instituciones deben tener en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas y medidas de apoyo para evitar la transmisión intergeneracional de la pobreza, como la monoparentalidad, la conflictividad familiar, la violencia de género y otras violencias, la migración o la discapacidad, entre otras.
