- En España, 17.000 niñas están en riesgo de sufrir esta práctica.
- La falta de acceso a la educación, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la prostitución, la falta de oportunidades… son otras vulneraciones de derechos fundamentales a los que se enfrentan las niñas.
Con motivo del Día Internacional de la Niña, la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) recuerda que tres millones de niñas son sometidas a mutilación genital femenina cada año y que, en España, 17.000 niñas están en riesgo de sufrir esta práctica, que supone una violación de los derechos humanos y que además pone en grave peligro su salud y sus vidas.
Según datos de UNICEF, las niñas de 14 años y menos representan a 44 millones de todas aquellas personas que han sufrido la mutilación genital – un total de 200 millones -. En muchos países, la mayoría de las niñas la sufrieron antes de llegar a su quinto cumpleaños.
«Esta práctica se ha perpetuado por estar fuertemente arraigada en la cultura y la tradición de muchas comunidades, por ser un mandato patriarcal y por los falsos mitos que presentan la mutilación como algo beneficioso. Pero hay que concienciar a estas poblaciones sobre el daño y las terribles consecuencias que tiene sobre la salud física y psíquica de las niñas y de las mujeres a lo largo de toda su vida, y que en muchas ocasiones supone incluso su muerte», explica Ascensión Iglesias, presidenta de UNAF.
«Si bien muchos países la han prohibido en sus legislaciones – como recientemente los 50 países de la Unión Africana – el trabajo de información y sensibilización de las comunidades, de las familias, de las mujeres y los hombres es fundamental para prevenir la mutilación genital femenina y salvar a millones de niñas».
Además de la mutilación genital femenina, UNAF recuerda que las niñas se enfrentan a numerosas violaciones de sus derechos fundamentales, como la falta de acceso a la educación, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la falta de oportunidades, la prostitución… «Las niñas están especialmente expuestas a todo tipo de abusos y a la vulneración de sus derechos por la indefensión que sufre la infancia sumada a la falta de valor que se le atribuye por la cuestión de género. Tenemos que luchar contra esta discriminación y esta desigualdad con todos los medios posibles, lograr el compromiso efectivo de los gobiernos en la protección de los derechos de la infancia sin perder la perspectiva de género. Solo así podremos garantizar un futuro de igualdad y justicia para todas las personas».