Es frecuente creer que cuando se forma una nueva pareja donde ambos miembros aportan hijos o hijas de relaciones anteriores, estos los querrán a todos por igual. Pero lo cierto es que no sucede así y las dinámicas familiares se vuelven más complejas.
Lo importante es que la diferencia en la relación afectiva no se termine traduciendo en una diferencia de trato entre tus hijos o hijas y los de tu pareja. Y que, por ejemplo, cuando haya enfrentamientos entre los/las menores, cada progenitor se posicione con los suyos y esto acabe derivando en un enfrentamiento entre la pareja.
Por eso, Gregorio Gullón, terapeuta y mediador familiar de UNAF, recomienda mantener la equidad en el trato entre todos los/las menores que convivan en el hogar e invita a reflexionar sobre el deseo de la nueva pareja de tener un hijo o hija en común. No te pierdas sus consejos en este vídeo de tan solo 4 minutos.