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Derechos humanos, migración y violencias machistas: cuando contarlo también es un derecho

3–4 minutos

Cada 10 de diciembre, el Día internacional de los Derechos Humanos nos recuerda que la dignidad, la libertad y la igualdad deberían estar garantizadas para todas las personas en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, esta fecha también nos interpela sobre una realidad incómoda, los derechos humanos no se ejercen de la misma manera por todas las personas, y las mujeres, migrantes y racializadas ven sus derechos vulnerados de forma sistemática a través de múltiples barreras administrativas, culturales, sociales e institucionales. 

Esta desigualdad se hace aún más visible si miramos las violencias machistas. La violencia de género, la mutilación genital femenina, los matrimonios, forzados, la violencia sexual, económica, institucional o documental, no solo vulneran los derechos fundamentales, sino que se agravan cuando se cruzan con el racismo, la situación administrativa, la precariedad laboral o las barreras lingüísticas. 

En este contexto, y con motivo también del Día internacional de las Personas Migrantes, desde UNAF relanzamos la campaña #CuéntaseloAtuAmiga, una propuesta de sensibilización y acceso a derechos que pone en el centro las experiencias, las voces y las redes de apoyo de las mujeres migrantes. 

Nombrar las violencias para poder pararlas  

Uno de los mayores obstáculos para la prevención y la atención adecuada de las de las violencias machistas es que muchas de ellas no se identifican como tales. Determinadas prácticas o situaciones se normalizan, se silencian o se viven con culpa, especialmente por el miedo a denunciar, la desconfianza institucional o la falta de información sobre los recursos disponibles. 

Desde UNAF trabajamos para acercar información en clave intercultural, facilitar el reconocimiento de las distintas violencias de género y promover el acceso efectivo a los recursos públicos de atención. Porque poner nombre a lo que ocurre es el primer paso para romper el silencio y abrir caminos al reconocimiento y la protección. 

las conversaciones cotidianas como espacio político. 

Muchas violencias se cuentan en una conversación cotidiana. en un mensaje de WhatsApp, en un audio enviado una amiga, en una frase escrita con dudas o miedo. 

El teléfono móvil, que forma parte de la vida diaria de tantas mujeres, se convierte así en una herramienta de cuidado. de resistencia y de protección. Desde ahí se pide ayuda, se comparte una inquietud, se valida una experiencia o se da el primer paso para buscar apoyo. La campaña #CuéntaseloAtuAmiga parte de esta idea sencilla pero poderosa. 

Accesibilidad lingüística: una cuestión de derechos humanos 

Cuando la información sobre violencias machistas, recursos o derechos no está disponible en distintos idiomas, se refuerzan la exclusión y la vulnerabilidad. Garantizar que la información llegue en distintos idiomas es una forma concreta de avanzar hacia la igualdad y la justicia social. 

En este relanzamiento, la campaña incorpora un elemento clave, las conversaciones están disponibles en inglés francés, bengalí, árabe y chino. No solo se trata de ampliar el alcance, sino de reafirmar una convicción fundamental: sin accesibilidad lingüística no hay acceso real a los derechos. 

Contarlo, acompañarse, acceder a recursos

#CuéntaseloAtuAmiga reconoce y da visibilidad a las decisiones que muchas mujeres ya toman cuando eligen contar lo que viven, así como la escucha el acompañamiento y sostén que otras mujeres ejercen desde la confianza y la cercanía.  También conecta esas redes informales con recursos especializados, recordando que existen servicios públicos y entidades sociales que deben responder desde la perspectiva de derechos humanos, genero, interculturalidad e interseccionalidad.  

En un contexto marcado por discursos de odio, criminalización de la migración y los retrocesos en derechos, reivindicar el derecho de las mujeres migrantes a vivir libres es más urgente que nunca. El Estado debe acabar con las vulneraciones de derechos institucionales y asumir su obligación de prevenir las violencias machistas, proteger a las mujeres que las sufren y garantizar una atención integral, accesible y sin discriminación para todas.  

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Camila Espinel

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