Al igual que las personas adultas, los niños y las niñas son muy sensibles a las diferencias de trato y la existencia de desigualdades arbitrarias en el cumplimiento de normas y reglas es siempre un motivo de quejas y de conflicto.
En las familias reconstituidas, como en las tradicionales, es habitual que haya discusiones y conflictos al respecto, con la peculiaridad de que en este modelo hay más diversidad de vínculos: tus hijos e hijas, los de tu pareja y los que quizás tengáis en común.
Ante estas situaciones y tanto si conviven de forma permanente como si lo hacen esporádicamente, es muy importante que actuéis con naturalidad, igual que lo haríais si los hijos y las hijas fueran comunes.
Las amenazas a la equidad en las familias reconstituidas
¿Qué características especiales tiene el reto de la equidad en las familias reconstituidas?
Por ejemplo, es bastante frecuente que se establezcan alianzas cruzadas en las que cada miembro de la pareja se posiciona a favor de sus hijos e hijas y en contra de los de la otra parte. Si se adopta de forma sistemática esta actitud, los conflictos entre los niños y niñas no solo no se resuelven sino que se agravan y terminan trasladándose a la pareja.
También puede caerse en el error contrario: la necesidad de ser aceptadas por los hijos e hijas de la pareja lleva a algunas personas a posicionarse sistemáticamente a su favor cuando hay conflictos.
La falta de equidad en las familias reconstituidas puede darse también cuando cada miembro de la pareja mantiene criterios diferentes en la educación de sus hijos e hijas.
Es posible que factores como la edad de los niños y niñas os lleven a establecer diferencias en las normas que deben seguir, pero no es razonable que estas dependan de quién sea hija o hijo.
¿Cómo evitar situaciones de falta de equidad?
Hemos preparado algunas ideas y estrategias que os pueden ayudar a fomentar la equidad en vuestras relaciones familiares:
– Establece con tu pareja las normas y las pautas básicas de funcionamiento de tu hogar.
– Haz partícipe a los niños y las niñas. En la medida en que la edad lo permita, llega a un consenso con tus hijos e hijas y los de tu pareja sobre las pautas y reglas básicas que van a establecerse.
– Es conveniente que cada progenitor se encargue del cumplimiento de las normas y reglas comunes por parte de sus propios hijos e hijas.
– En caso de conflicto entre tus hijos e hijas y los de tu pareja, actúa tal y como actuarías si todos fueran propios.
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